Un asunto de familia

Ceferino Mondino fue un deportista que se destacó al más alto nivel internacional como velocista, luego trabajó intensamente para promover el atletismo, pero fundamentalmente es clave en el crecimiento, dentro y fuera de las pistas, de Araceli y Tomas, sus hijos, quienes brillan en la actividad como juveniles

deportes | Edición #61

“Dime... es como dije, ¿cierto?”, pregunta  Nobuyo Shibata (Sakura Andō). “Si, todos lo sabemos, pero es difícil, es muy difícil construir una familia fuerte en estos tiempos”, responde Osamu Shibata (Lily Franky). Y Nobuyo cierra, “Si, pero no podemos solo echar culpas a los otros o a la suerte, depende de nosotros. Tenemos que hacer lo necesario para que esta familia sea una verdadera familia”, Un asunto de familia, película dramática japonesa de 2018, dirigida, escrita y editada por Hirokazu Koreeda. Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes.

No diga Mondino, diga deporte. Ese podría ser un buen lema para el escudo de armas de la familia. Mamá Silvina es Profesora de Educación Física. Papá Ceferino fue futbolista en Atlético hasta que sus condiciones como velocista le valieron una beca de la Secretaría de Deportes de la Nación, y entonces tuvo una dilatada y exitosa trayectoria a nivel internacional. Araceli es campeona nacional de su categoría en 100 metros con vallas. Y Tomas se ha convertido en el atleta más veloz de Sudamérica a los 14 años. Alma y los mellizos Azul y Federico es muy probable que en algún tiempo sigan por esa misma huella. 

Ceferino, ¿Vos sos el “culpable” de esto?

“Se puede decir que soy un mentor, pero con el respaldo de Silvina. Ocurre que al haber sido atleta por tantos años, no soy un papá convencional. A los dos nos apasiona el deporte en general y hemos hecho lo posible para que a nuestros hijos les pase lo mismo. Y como lo conozco tanto, les di todas las armas para que se interesen por el atletismo”

En algún momento el deportista le dio paso al político, sin embargo nunca te despegaste de la primera actividad. ¿Por qué?

“Porque nunca dejé de sentirme deportista, además el atletismo fue parte fundamental de mi vida durante una década y a una edad donde uno se forma en todos los aspectos. Luego ingresé a la política sin haberlo imaginado, y muchas de las enseñanzas del deporte me sirvieron en la política”

Araceli, ¿vos sabés lo que hizo tu papá en deporte?

“Se bastante, lo que me cuenta él y lo que me dicen lo que lo conocen. Pero para nosotros es normal, porque crecimos así”

Y fue normal desde el principio hacer deporte…

“Si, pero también porque vivíamos en Ramona. Acá, en Rafaela, son los profesores los que anotan en los Intercolegiales a los alumnos que ya hacen deporte. En cambio en Ramona todos quieren participar, es normal hacerlo. Después los profesores se encargan de ubicarlos en el deporte que considera que va a rendir más. Empecé así, y después mi papá terminó de incidir para que haga vallas”

¿Tu caso es similar Tomas?

“Más o menos. Cuando vinimos a Rafaela empecé a jugar al rugby, y después de un partido el profe Diego Rossetti habló con mi papá para decirle que veía que era muy rápido, y conociendo la historia de él, que además ya entrenaba a mi hermana, pensó que podría ir por el lado del atletismo, y así fue”

¿Y dejaste el rugby?

“No, hago medio año a full con cada deporte. Los dos me gustan mucho y son muy distintos, por eso no quiero elegir ahora. Más adelante veremos”

El los entrena a ambos, ¿es muy exigente?

“Si, pero sabemos que es para nuestro bien. Si cumplimos, está todo bien. Si no lo hacemos hay problemas”, se ríe Tomas, que recibe la “acusación” de vago por parte de Araceli.

¿Qué pasa si alguno de ellos mañana te dice que no quiere seguir?

“Siempre les digo que el deporte tiene que hacerles bien, hacerlos sentir felices. Si lo hacen por obligación no sirve. La única obligación que tienen es estudiar, eso es innegociable. Pero además tienen que hacer un deporte, no importa si lo hacen de manera competitiva, pero entendemos que para su formación, practicar un deporte es fundamental”

Araceli, ¿cuánto incide tu mamá en lo referente al deporte?

“Ella fue mi profesora de gimnasia en Ramona, y nos acompaña cada vez que puede. Sabe mucho de deporte, de entrenamiento, y entonces el círculo de familia de deportistas cierra perfecto”

Tomas, ¿te imaginas más adelante como atleta en competencias internacionales?

“No, no lo imagino como atleta y tampoco como jugador de rugby”

Araceli, las carreras con vallas son una prueba muy particular y selectiva, ¿no intimida tener que superar obstáculos a cada momento?

“Al principio hubo patadas a las vallas y caídas hasta que ya la técnica pasó a ser natural para mí. Cuando corro llano se me hace eterno, me falta algo. Me gusta eso de variar cada tres o cuatro pasos y tener que saltar. Y me gusta la competencia, siempre quiero ganar y mejorar de una carrera a otra. No pienso mucho más allá, no imagino que va a pasar en un año, por ejemplo, pero quiero ganar la próxima carrera”

Y vos Ceferino, ¿vas más allá de mañana en cuanto a las posibilidades de ambos?

“Creo que los dos tienen el talento y las condiciones físicas necesarias para destacarse en lo que hacen. En adelante va a depender de ellos, de su decisión de dedicarse a fondo y de sus ganas de entrenar. Pero también del entorno que le podamos generar, porque ingresar al deporte de alto nivel es muy difícil en todos los deportes, y en el atletismo lo es aún más”

Tomas, ¿se habla mucho de deporte en la mesa?

“Si, se habla, pero no es el tema central. Ni el único”

“Hablamos mucho en los viajes –dice Ceferino- ahí si es el tema central. Y opinamos todos”

¿Qué fue lo que hiciste en Ramona que dio tanto rédito?

“La escuela deportiva que implementamos es muy buena. Todos los chicos pasan por todos los deportes como parte de un programa armado entre club y Comuna. Aprenden a jugar al tenis, a nadar, hacen taekwondo, paddle, futbol…, es una copia de la escuela de formación de base cubana”

¿No tenes miedo que la relación deportista-entrenador lastime la otra de padre-hijo-hija?

“Es un riesgo que vale la pena asumir porque también conlleva la posibilidad de potenciar mi relación con ellos. Apuesto a eso. Nosotros, con Silvina, creemos que los valores del deporte son muy importantes en la vida diaria y si además son compartidos en familia, se potencian. Por supuesto que todos queremos ganar, cada uno buscar ser el mejor, pero lo fundamental es que potencien como personas. Y que el deporte mejore la familia”

 

OSCAR A MARTÍNEZ

06/02/2.020