Ésta es la historia de un emprendedor que soñó con dar un giro en su profesión y poder ofrecer clases de natación los 365 días del año.

Todo comenzó en el año 1993, cuando el Profesor de Educación Física, Jorge Sara -acompañado por su esposa Graciela Fercodini-, dio un paso absolutamente innovador para la época y decidió extender los meses de natación más allá de la colonia de verano que, hasta entonces, venía realizando. Fue así que ideó y concretó la instalación de un sistema de climatización para la pileta, vestuario y áreas compartidas, ubicados en el predio de calle Guayaquil al 177. La inauguración del lugar se llevó a cabo una fría tarde del 25 de mayo de ese mismo año.

La ‘Pileta Climatizada de SARA’, así conocida en sus comienzos, fue el primer espacio en Rafaela para practicar actividades acuáticas durante todas las estaciones del año. La idea era disruptiva para ese momento y respondía a una emergente demanda en la zona.  “Era nuevo para todos el tema de hacer ejercicio en una pileta climatizada. En aquel entonces, nuestro desafío era cambiar un paradigma en la sociedad. Teníamos que contarle a nuestros clientes, alumnos y vecinos qué actividades físicas se podían realizar en la Pileta e invitarlos a vivir la experiencia. Hasta ese momento, sólo nos conocían por la propuesta recreativa de verano”, explicó Jorge.

A lo largo de los años, el proyecto se mantuvo en constante crecimiento y se fue consolidando. Con la participación de sus hijas Natalia, Alejandra y Sofía, además de colegas y profesionales que conformaron distintos grupos de trabajo, se logró consolidar un espacio que combina la actividad física y la diversión. En la actualidad, la pileta se convirtió en ‘SARA Centro de Actividades  Físicas’.

La enseñanza de la natación, para distintas edades, es una de las actividades principales, y tiene el objetivo de promover la seguridad en el agua y el disfrute como actividad física y recreativa. “Trabajamos en dos periodos. El primero abarca desde el mes de marzo a noviembre. El segundo comprende los meses de diciembre, enero y febrero. En ambos periodos funciona una de las actividades pioneras: la Escuela de Natación para niños y niñas de 3 a 12 años”, contó el Profe Jorge a Revista CHEKA.

Dentro de las propuestas distintivas, está la gimnasia acuática para adultos y adultos mayores. “Los adultos mayores, especialmente, hacen actividades dentro del agua que afuera no pueden hacer. Primero porque no hay impacto, dado que el peso dentro del agua es la mitad, además de las complicaciones que pueden venir de rodillas, miembros inferiores y superiores. A todos estos beneficios se suma que el agua tibia ayuda a la circulación y a tener más movilidad”, detalló Jorge.

El Centro de Actividades Físicas SARA cuenta, además, con dos estudios: uno exclusivo de Entrenamiento Funcional y otro de Pilates Reformer. Ambas actividades se popularizaron en los últimos años por sus beneficios para la salud y el bienestar. Estas clases son impartidas por profesionales que adaptan las rutinas a las necesidades y objetivos de cada alumno. “Nuestra propuesta tiene un enfoque único e invita a realizar actividad física en familia. Mientras los chicos están aprendiendo a nadar, sus padres pueden entrenar. Tenemos clientes que vienen en pareja a realizar la misma disciplina o distintas en el mismo horario acompañándose mutuamente”, comentó el profesional.

Para Jorge, no es sólo un negocio, sino que es su pasión, porque toda su trayectoria está vinculada a la enseñanza de la natación y la promoción de la actividad física. “Creo que si mi familia no me hubiese acompañado no estaríamos donde nos encontramos ahora. Fue fundamental para el desarrollo de la institución”, destacó Jorge.

En sus 30 años de historia en el rubro acuático, que se cumplen este 2023, la familia Sara fue testigo del crecimiento y desarrollo de la actividad en la ciudad, contribuyendo al aprendizaje, entrenamiento y bienestar de miles de personas.

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