Nuestra carta de presentación para con el mundo exterior es la imagen que se percibe de nosotros; proyecta, sin siquiera mencionar una sola palabra, muchas características de quiénes somos. Se trata de que, a través de una manera directa y concreta, brindar información a quienes nos rodean. Esto, generalmente, puede precisar una connotación algo superficial en la sociedad, pero lo cierto es que se trata de un componente de nuestra persona que es mucho más de lo que se ve desde afuera, es lo que se percibe y lo que representamos desde nuestro estilo y esencia. 

La asesoría de imagen es una profesión habitual en los locales más elegantes de Europa. En un viaje a Valencia, Silvana Aguirre conoció en primera persona el asesoramiento de imagen, y fue a partir de allí que decidió darle un rumbo profesional a su vocación y pasión. Se formó en el “Instituto Superior de Estética y Moda” (ISEM) en la Ciudad de Santa Fe, afirma que se trata de un proceso de profunda búsqueda, análisis y comprensión del cliente; esto consiste en una serie de preguntas y test acompañados por una escucha atenta a lo que éste espera conseguir en su imagen exterior. 

El foco se centra principalmente en construir de forma creativa una identidad exterior renovada de cuya persona quiera atravesar el proceso de la asesoría de imagen. Lo que se hace es una coordinación basada en la coherencia armónica de ropa (estilo y colores), maquillaje, peinado y personalidad. Como también es importante destacar que se pueden lograr infinitas e innovadoras combinaciones con una variedad no tan numerosa de prendas. 

La profesional en asesoría de imagen devela que ni el cuerpo, el género o la edad son límites para renovar y mejorar aquel reflejo que una persona busca manifestar en su vestimenta y en su porte. 

Malgastar tiempo, espacio y dinero en adquirir indumentarias que carecen de toda coherencia para con la imagen deseada, ya no será un problema para quienes se animen a probar la asesoría de imagen. 

Los doce infaltables 

Llegaron para quedarse, y se convirtieron en prendas indispensables. El estilo “Oversize” se presentó con el jean Mom, los llamados “sweaters XL”, los “Maxivestidos” y el blazer oversize. Lo clásico y elegante sigue en pie como lo es la camisa blanca, la indiscutible para cualquier combinación por su amplia usabilidad. En cuestión de comodidad, y en contexto de cuarentena, el jogging tomó un gran protagonismo en la vida diaria, pero, con una correcta combinación, es muy canchero para un look casual. En tanto a los abrigos, la campera de jean, de cuero y el trench siguen pisando fuerte en esta temporada. El pantalón engomado y los clásicos y elegantes lentes de sol negro también se destacan en esta colección, al igual que las zapatillas urbanas.