historias | Edición #71
El estudio está compuesto también por los profesionales Gonzalo Armando y Caterina Molfino, quienes se destacan en dibujo técnico y en la realización de imágenes y videos que ilustran nuestros proyectos.
Para este estudio rafaelino de arquitectura uno de los pilares más fuertes que los guía es el trabajo en constante articulación que lleva adelante el equipo de profesionales. “Un día de trabajo comienza temprano por la mañana, nos encargamos de la visita diaria de cada una de las obras, uno de los principios fundamentales del estudio. Por la tarde, nos dedicamos al desarrollo de proyectos, legajos técnicos e imágenes como también, a recibir a clientes. Nuestro quehacer abarca el proyecto arquitectónico, la dirección de obra y el diseño de interiores y el equipamiento” expresan los arquitectos, y continúan diciendo que “lo que más destacamos de nuestra rutina de trabajo es justamente la no rutina. En nuestra profesión, tenemos la suerte de que cada proyecto es un desafío que abordamos junto con el cliente. Más allá de que muchos de ellos se acercan con punto de partida para su proyecto, siempre termina naciendo algo diferente. Se crea una retroalimentación continua entre lo que quiere el cliente y lo que aportamos nosotros desde nuestros conocimientos. Trabajamos para armar un proyecto en conjunto, sin imponer un diseño, pero asesorando y enriqueciendo con las herramientas que tenemos”.
Además, los puntos clave del estudio son la transparencia, la comunicación y el abordaje personal y profesional de las necesidades planteadas por los clientes, “para nosotros la comunicación es fundamental. En un primer momento, es preciso escuchar e interpretar cuáles son sus necesidades, cómo está conformada su familia y qué estilo arquitectónico les gusta o sienten afinidad para luego poder gestar la idea”
En una mirada retrospectiva de los inicios del descubrimiento de su vocación, Linares cuenta que “la elección de la carrera fue muy temprano, en quinto grado ya tenía intenciones de estudiar arquitectura. Quien descubrió eso fue la seño Graciela Mandrile, que nos daba marroquinería. Cuando teníamos que hacer los moldes, ella me veía muy abocado a eso y al dibujo”, en tanto a Parola dice “fue algo que se dio de manera muy natural, de hecho, desde chico tuve interés en esta profesión”.
Actualmente, los profesionales se encuentran trabajando en diversos proyectos tales como son viviendas unifamiliares, no sólo en la ciudad de Rafaela sino también en localidades aledañas; naves industriales en el sector fabril de la ciudad; un Club privado de cuatro canchas de paddle cubiertas lo que implicará un impulso para el deporte en la zona; y un edificio de propiedad horizontal con fines de inversión que se situará al Sur de la ciudad.