El Cascote: La Ruta de la Centolla

Ya es mi segunda visita al Fin del Mundo, en la primera oportunidad, en 2017, tuve la suerte de ver como se pescaba el oro rojo del sur, la centolla, pero en este segundo viaje, fui por más.

destinos y sabores | Edición #76

Todo arranca a unos 75 kilómetros al sur de Ushuaia, transitamos unos 40 kilómetros por la ruta nacional 3, luego tomamos un ripio hasta Puerto Almanza, el pueblo más sureño habitado de la Argentina, de ahí al frente solo podemos divisar Puerto Williams, Chile.

En esa pequeña villa, solo unas 15 o 20 familias habitan la zona y todas se dedican a la actividad pesquera donde entre todos, hace pocos años, empezaron a fomentar La Ruta de la Centolla, un corredor de turismo rural para dar a conocer el trabajo de los pescadores de la zona. Se trata de un circuito productivo-gastronómico desarrollado por pequeños emprendedores. Con la pesca y la gastronomía como eje, así comenzaron a pensar alternativas para poner en valor la zona. La ruta de la Centolla, recorre un tramo de casi 15 kilómetros, arrancando en Almanza y prolongándose hasta Punta Paraná.

Dentro de sus preseas más importantes está la centolla fueguina austral, pero también se dedican a centollones, truchas y mejillones.

Hablemos de la más importante, la centolla patagónica (Lithodes santolla), también llamada centolla magallánica, centolla austral, centolla argentina, es un crustáceo que habita el lecho marino de las frías aguas del sur de América del Sur. De una centolla de un kilogramo solo se pueden sacar unos 250 gramos de carne, ósea que rinde un 25% de lo que se pesca, una de las claves de su precio. Se atrapan con jaulas o trampas subacuáticas instaladas a más de cien metros de profundidad. De cada 10.000 huevas que ponen las hembras de las centollas, sólo sobrevive un 10%. Vive en aguas con temperaturas de entre 4º y 15 °C, y es comercialmente explotado desde hace más de 60 años. Sin embargo, se sabe que los yámanas, pueblo originario canoero y nómada, la consumían por su alto contenido proteico. Las atrapaban con horquillas de madera hechas con ramas, actividad que estaba a cargo de las mujeres, tal como se detalla en un proyecto de ley presentado en Diputados para declarar Ushuaia "Capital nacional de la centolla". En el Mar Argentino tienen presencia tres familias de la especie, de las cuales la más difundida es la Lithodes santolla.

Tiene un exoesqueleto (esqueleto externo) articulado y un caparazón con numerosas púas. Se reproducen una vez al año y también anualmente cambian su cubierta para crecer. De octubre a diciembre hay veda para su pesca. Una centolla macho puede medir unos 50 cm con las patas abiertas y pesar casi 2 kilos. Son poderosas: sus pinzas pueden cortar un dedo humano y las púas de sus patas son a veces mal recuerdo para la mayoría de los pescadores.

En el Canal Beagle, la totalidad de la captura se realiza exclusivamente en forma artesanal mediante trampas o jaulas (redes cónicas donde el animal entra, pero no puede salir) dispuestas en líneas de 10 y en las que se coloca cebo, a base de restos de carnicerías. Las trampas son fondeadas entre tres y siete días, al cabo de los cuales se revisan, se retira la captura y se seleccionan los animales. La ley establece que pueden atraparse sólo los ejemplares machos con un caparazón mayor a 11 cm.

Lo interesante de este hermoso paraje, es que si el tiempo los acompaña pueden organizar un paseo en bote con alguno de los pescadores para sacar la centolla de sus trampas o jaulas, para luego llevarlas a tierra y cocinarlas. Esta es una experiencia única, la cual podrán disfrutar tanto del paisaje, del paseo en bote como la parte más linda: sentarse a la mesa, tomarse un vinito y que esta gente te cocine la Centolla ahí mismo.

A pesar de que nos separan 3500 kilómetros de la ciudad de Ushuaia, en Restaurante El Cascote, en el centro de la provincia de Santa Fe, podes disfrutar de este manjar del mar argentino que es famoso en todo el mundo.